viernes, 11 de mayo de 2012

Nudos en la trama

Algunas frases que escuchamos, que decimos referidas al cuerpo, remiten a otra cosa “un ojo de la cara”, “metió la mano en la lata”, “empezó con el pie izquierdo”, “le das la mano y te agarra el codo”, “llegó rengueando”, “lo pateó para adelante”, “ojos que no ven, corazón que no siente”… Estas y muchas otras aluden a afectos, esfuerzos, abusos.
Si el tema es la trama, estamos en ella, entrecruce de hilos entre lo físico, lo social y lo psíquico, esta red nos atrapa, nos sostiene, prohíbe y habilita distintas formas de relacionarnos y vincularnos con los otros, pero también con nosotros, instituye una particular manera de comportarnos, de reconocernos, de reaccionar, de vivir y de enfermar.

Una palabra al oído desata una sinfonía de sentimientos, una descarga hormonal de respuesta y podría modificar la forma de sentir el mundo que nos rodea.
Un anuncio económico o político, tan esperado o temido acelera el ritmo cardíaco, revuelve el estómago, altera nuestro humor.

Cuando un  organismo no reacciona como debe hacerlo, se puede pensar que “se descompuso”, ya no funciona como antes, dando a entender que el cuerpo es una máquina y como tal puede “fallar”; pero preferimos realizar otra lectura. Plantear que cuando un sujeto deja de oirse en sus sentimientos, en lo que una situación le provoca, cuando hace “oídos sordos”, le da visa al cuerpo para que hable, y el cuerpo lo hace también forjando síntomas.
Éstos son sentidos como una molestia, como algo que no podemos explicar, como algo ajeno a nosotros, habrá que empezar a escucharnos en lo que nos pasa, hacer lugar a lo que sentimos, pensamos, nos angustia, pensar en lo que nos hace avanzar y en lo que nos detiene. Y a lo mejor, buscar otra voz y permitirnos un espacio de encuentro para interrogarnos sobre nuestro lazo en la trama.

Para 3 PSICÓLOGAS X MÁS escribió Gabriela Bianchi
colaboraron Mariela Apud y M.Alejandra Luvatti


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