La madre de una niña de once años, me contó
hace un tiempo que su hija, enojadísima ante la aparición de su primera
menstruación, dijo “¿La Naturaleza es estúpida? ¿Qué se piensa, que voy a ser
madre a esta edad?” Ambas reímos divertidas y asombradas de la profunda
sabiduría que encerraban sus palabras.
El Ministro de Salud de Entre Ríos Hugo
Cettour, opina lo contrario: "una vez que la niña tuvo su primera
ovulación, tiene las condiciones físicas para sostener un embarazo. La
naturaleza es sabia, una vez que tiene su primera menstruación el cuerpo está
preparado. Quizá habrá que tener cuidados al momento del parto y programar una
cesárea"(Declaraciones a Radio 10 16/01/2012). Con este “acto de fe” derivaba
a la justicia el caso de una niña embarazada; quien, casualmente, tiene la misma
edad que mi pequeña filósofa.
A la nena le dolía la panza y tenía
náuseas. En el hospital, luego de descartar otras causas más esperables para su
edad, los médicos descubrieron que estaba embarazada. Ella no entendía qué le
pasaba; sólo quería ser como antes. A pocos días de haber solicitado la
realización del aborto, que se encuadra en la figura de aborto no punible según
el Código Civil, la madre retiró la demanda. Hoy la niña lleva más de seis
meses de embarazo.
Es difícil sustraerse a la conmoción que
esta historia produce, y son tantos los temas que nos
lleva a reflexionar: salud, salud reproductiva, derechos humanos,
concepciones de infancia y adolescencia, políticas de salud, y muchos otros,
que probablemente nos ocupará durante un tiempo y sucesivos artículos.
Hoy me resuena esta pregunta ¿la naturaleza
es sabia, es estúpida? ¿O lo estúpido es tratar de justificar en la naturaleza las
respuestas que como sociedad damos a esta problemática?
En la
evolución natural de las especies los cambios se miden en miles de años. Hace
millones de años que las niñas comienzan a ovular entre los 9 y 12 años. En
la prehistoria la supervivencia de la
especie requería que, en corto tiempo la hembra humana tuviera muchas crías,
dado que pocas de ellas sobrevivirían. Nuestras antepasadas difícilmente sobrevivían
más allá de los 35 años, edad en la que actualmente muchas mujeres están
esperando su primer hijo. Nuestra biología sigue respondiendo a estas leyes
naturales; pero los humanos somos fundamentalmente seres sociales. Los cambios de la “naturaleza humana” se rigen
por otra cronología, propia de los movimientos sociales en constante
aceleración.
Hugo Cettour es médico, es Ministro de Salud,
lo que permite suponer que debería saber de lo que está hablando cuando habla
de la naturaleza y cuando asegura que la salud de la niña no corre riesgos... Pero
me parece, que mi amiguita sabe más.
Para 3 PSICÓLOGAS X MÁS escribió Mariela Apud.
Colaboraron M. Alejandra Luvatti y Gabriela Bianchi
Colaboraron M. Alejandra Luvatti y Gabriela Bianchi
3 comentarios:
Me encantó esta reflexión; muchas veces me he cuestinado cómo la civilización y la evolución de la raza humana han ido a contramano de las leyes de la naturaleza. En Samoa, cuando una mujer comienza a ser parte del cilco reproductivo, cuando su cuerpo está "listo", no hay conflicto alguno con el embarazo, las relaciones sexuales a temprana edad, ect, etc. Pero lógicamente, para los parámetros y las normas en las que está inserta una niña-adolescente en esta actualemente, resulta inconveniente, inoportuno y hasta peligroso, llevar a cabo tamaña aventura...en fin, hemos evolucionado pero no estaría mal (sin por eso dar cabida a los embarazos prematuros y no deseados, claro está) detenernos un poco y mirar cuántas cosas dejamos atrás en pos de la civilización.
Considero fundamental hacer especial hincapié en estos temas que son “de uso corriente” en la actualidad pero que poco se sabe, o peor aun, poco “se permite decir”.
A pesar que la sociedad desde la opinión pública ha podido vencer algunas barreras infranqueables hasta hace sólo unos años, algunos temas deben ser aún trabajados en profundidad, con un fuerte y serio debate que incluya todas las voces. Quienes trabajamos en el consultorio clínico ya sea médico o psicológico nos vemos enfrentados a estos (y muchos otros…) temas que requieren de una discusión urgente. Para eso, debemos entender que las soluciones (si las hay, yo considero que sí) están en nosotros como sociedad y no solamente relegadas a las cuatro paredes de un consultorio. La Argentina ha avanzado notoriamente en cuanto a permitirse hablar “en público” muchos temas que en otros países están bajo llave por razones políticas, ideológicas o castrenses. Por eso, éste es un momento coyuntural relevante para continuar desarrollando nuevos modelos de sociedad que nos permitan vivir en comunidad, en armonía, en paz. Felicitaciones.
Si la naturaleza es sabia ¿por qué a los pequeños hay que obligarlos a comer? Los adultos gordos no saben cómo cerrar la boca
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